Considerando el tamaño de la economía china, resulta inevitable que sus empresas terminen desempeñando un papel relevante en la escena mundial. Sin embargo, hasta el momento, tal proceso no ha sido del todo exitoso. La experiencia de Gran Bretaña y luego de Estados Unidos revela que los hegemones económicos controlan una proporción importante del stock mundial de inversiones corporativas transfronterizas. Por el contrario, el segmento de China en la actualidad apenas corresponde al 4%; por debajo de su participación del 15% en el PIB mundial. Obviamente, sus líderes quisieran que el proceso fuese más rápido. Si las empresas no se globalizan, China no será poderosa, sostiene Wang Jianlin, jefe de Dalian Wanda, el magnate más rico de China. Y en su prisa, las empresas chinas han cometido errores.
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