Un gran inversionista debe ser cauteloso. Pero estaría loco si ignorara a China. El país asiático ha creado la revolución económica más exitosa que el mundo haya visto, y todavía tiene espacio para crecer. Los políticos de EEUU están obsesionados con los fabricantes chinos que realizan envíos al exterior, pero es preferible comprar negocios innovadores en el sector servicios que se dirijan al gigantesco mercado interno, que tiene más consumidores que EEUU, Europa y Japón combinados. Además, desde 2007, China ha estado disminuyendo lentamente su tasa de ahorro, con consumidores más dispuestos a gastar que a acumular. Dentro de este panorama, las áreas de mayor auge son las agencias de viajes, las compañías privadas de atención médica, las empresas educacionales que ofrecen tutorías escolares en línea, las telecomunicaciones móviles y el comercio electrónico.
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