En la última década, alrededor de un tercio de las 600 ciudades de China se han contraído. Las perspectivas de poblaciones rurales dispersas, lejos de las megaciudades, también han disminuido. Pero esta circunstancia es en realidad el resultado de lo que se considera una muy buena noticia: la transformación económica de China está progresando. Las principales ciudades del país asiático han creado e implementado paquetes de políticas destinadas a apoyar nuevas empresas innovadoras, así como una serie de medidas para atraer talentos, que incluyen incentivos fiscales individuales, subsidios de compra de vivienda y atractivos beneficios de atención médica y educación.
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