BEIJING, 4 mar (El Mercurio/WSJ) — La actividad en el sector manufacturero chino cayó a su nivel más bajo en tres años en febrero, agobiada por la débil demanda global y el largo feriado del Año Nuevo Lunar.
El índice oficial de gestores de compra de manufactura (PMI) de China en febrero bajó a 49,2 dese 49,5 en enero, según mostraron datos de la Oficina Nacional de estadísticas.
La lectura de febrero, la más baja desde marzo del 2016, fue peor de lo que esperaban los economistas y es el más reciente entre otros muchos signos de persistente debilidad en una economía cada vez más lenta.
Si bien la festividad del Año Nuevo Lunar jugó un ro, en la disminución de la actividad fabril en febrero, algunos economistas observaron que al calcular el promedio del desempeño para los dos primeros meses del año también se demostraba una desaceleración. Además de eso, señalaron que la demanda en general se ve débil y las medidas de gobierno para estimular la actividad aún no aparecen.
Por tres meses seguidos el índice general ha permanecido bajo la marca de los 50 puntos, que separa la expansión de la contracción.
Un componente que mide las nuevas órdenes de exportación -un indicador de la demanda externa por mercancías chinas- disminuyó desde un 46,9 en enero a 45,2. La lectura de febrero del subíndice es la más baja desde fines del 2011.
La demanda por las exportaciones chinas siguió siendo sorprendentemente sólida durante gran parte del año pasado, a medida que las empresas trataban de acelerar los pedidos antes de que Washington y Beijing impusieran aranceles sobre los productos del otro como parte de su lucha comercial.
Ambos gobiernos parecen encaminados hacia una resolución, mientras Washington ha aceptado aplazar un aumento en los aranceles. Esta baja en las tensiones comerciales ayuda a dar un impulso a la confianza empresarial, pero toma tiempo en que se incluyan en las cifras comerciales.
Desde al año pasado, Beijing ha redoblado los esfuerzos para detener una desaceleración económica generalizada, para lo cual ha apurado la emisión de bonos, con el fin de estimular la inversión y ha introducido más fondos en el sistema bancario. Ha instado a los bancos a que presten más a firmas más pequeñas.