Muchos en EEUU han llegado a la conclusión de que debido a que este país necesita proteger su posición relativa en el escenario mundial, la posición de China debe disminuir. Pero esa es la manera incorrecta de abordar el desafío. En el corto plazo, EEUU ciertamente podría infligir mucho daño a China a través de aranceles, prohibiciones de compras de tecnología y otras políticas de guerra comercial. Pero también se infligiría mucho daño a sí mismo. En el mediano plazo, EEUU enfrentaría aún problemas mayores. Es por eso que es totalmente previsible que el intento de EEUU de “ponerse duro” con China, puede acelerar su propio declive.
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