Ninguna economía importante está creciendo tan rápido como antes de 2008. Ninguna está creciendo a más del 10 por ciento, como la tasa experimentada por las “economías milagrosas” asiáticas antes de la crisis. En casi todos los países, la discusión nacional se centra en lo que se debe hacer para revivir el crecimiento, pero se ignora el hecho de que la desaceleración es impulsada por fuerzas más allá del control de cualquier gobierno. En lugar de condenarnos a campañas decepcionantes y de estímulo infructuosos, necesitamos redefinir el éxito y el fracaso económicos.
Para leer el artículo completo haga click aquí