Los colonos protestantes ingleses creían estar fundando en América del Norte un Nuevo Israel, con la bendición providencial de Dios. Basándose en esas visiones exaltadas, EEUU cometió posteriormente esclavización y apartheid masivo; así como masacró y subyugó a los nativos americanos. Más tarde, con el inicio de la Guerra Fría, su fervor anticomunista lo llevó a librar desastrosas guerras en el sudeste de Asia y guerras brutales en Centroamérica. Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el celo evangélico se dirigió contra el “Islam radical”, con cuatro guerras cuyos efectos catastróficos todavía perduran. Ahora, la nueva cruzada apunta al Partido Comunista de China.
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