El comercio siempre implica una dependencia bidireccional. Y aunque a EEUU podría gustarle la idea de ser “liberado” de China rompiendo los lazos comerciales, pagaría un alto costo. ¿Y para qué? Limitar el acceso de China a algunas tecnologías estadounidenses clave podría marcar la diferencia a corto plazo, pero es poco probable que ralentice el desarrollo de China de manera apreciable. La enorme escala de los recursos humanos y financieros que China desplegará durante la próxima década significa que está bien posicionada para dominar muchos sectores de alta tecnología, con o sin aportes estadounidenses.
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