La zona euro está formada por 19 países con un mercado unificado y una moneda única, pero con grandes diferencias de productividad entre ellos. Esto, por supuesto, tiene muchas ventajas, como la promoción del mercado común interno, la reducción de los costos de transacción, etc. Sin embargo, el buen funcionamiento de la zona euro depende de si sus miembros tienen niveles similares de productividad o deuda pública. De lo contrario, se creará una divergencia de intereses entre los países “centrales” con alta productividad y baja deuda y los países “periféricos” con baja productividad y alta deuda. Bajo este mismo escenario funcionan las 31 regiones administrativas provinciales de China continental.
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