Como muchas otras naciones, China se ha dado cuenta de que los datos son el nuevo oro del futuro y necesita reglas explícitas para regular cómo se acumulan y se comparten. La economía digital representó el 38% del PIB de China en 2020. Y para 2025, se espera que esa proporción sea del 55%, a medida que los motores tradicionales del crecimiento general de China se desaceleran. Debido a que la economía digital está impulsada por los datos, China está en proceso de implementar nuevas regulaciones en tres áreas clave: restricción de monopolios, regulación de empresas de tecnología financiera y protección de la privacidad de los datos.
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