Visita nuestro archivo

Por Niu Qingbao

SANTIAGO, 26 jul (La Tercera) — Los chinos creen que con las cosas preparadas de antemano, se logra buen éxito, sin ello, no se lograría nada, por lo que la planificación es muy importante. Desde 1953, China viene formulando programas (más tarde se convirtió en Plan) para la economía nacional estructurados y documentados por período de cinco años, con el objetivo de orientar el desarrollo económico y social durante los próximos cinco años.

En marzo de 2021, los legisladores de la Asamblea Popular Nacional de China aprobaron el Esquema del XIV Plan Quinquenal para el Desarrollo Económico y Social Nacional y los Objetivos a Largo Plazo hasta el Año 2035, considerado el decimocuarto Plan Quinquenal de China, del que este año es el primero. El XIV Plan Quinquenal define tanto la idea rectora, como los principios y los objetivos principales que deben guiar el desarrollo económico y social de China en los próximos cinco años, planteando la visión 2035 para lograr materializada fundamentalmente la modernización socialista.

En el documento se señala que China ha iniciado una nueva etapa de desarrollo y debe adherirse a los Nuevos Conceptos de Desarrollo de innovación, coordinación, ecología, apertura y compartición, acelerando la construcción de un nuevo sistema de desarrollo que toma la circulación nacional como el pilar mientras deja que se impulsen mutuamente la circulación nacional y la internacional, a fin de promover el desarrollo económico de alta calidad de China.

Este nuevo paradigma de desarrollo es extremadamente importante tanto para la economía china como para la economía mundial. ¿Por qué hay que tomar la circulación interna como el pilar? Durante los últimos 40 años de reforma y apertura, China ha adoptado modelo de desarrollo orientado a las exportaciones, exportando en volúmenes gigantescos productos de alta calidad y bajo costo al mercado internacional. Aunque ha hecho importantes contribuciones al desarrollo económico internacional y la prosperidad del mercado global, los propios consumidores chinos no han podido disfrutar plenamente de estos dividendos de crecimiento.

El gobierno de China practica el concepto de administración estatal “centrado en el pueblo” y debería garantizar que el pueblo chino disfrute de los beneficios del desarrollo. Además, China se ha convertido en el mayor productor industrial mundial, con un valor de producción manufacturera que representa casi el 30% del total global, y el producto interno bruto (PIB) per cápita de China supera los US$10.000. Por ello, ya sea en términos de capacidad productiva o capacidad de consumo, se han establecido las condiciones para formar una importante circulación interna. Además, con el alza del proteccionismo comercial por parte de algunos de los principales países desarrollados del mundo actual, las cadenas globales de producción económica, de suministro y de valor corren el riesgo de distorsionarse e incluso fragmentarse.

Ante ello, China también necesita asegurar la economía nacional a través de la circulación interna. ¿Sigue siendo importante la circulación internacional? Por supuesto que es importante. China encabeza la lista de países con mayores actividades comerciales del mundo. En 2020, el intercambio comercial total de bienes entre China y el resto del mundo alcanzó 32,16 trillones (nota: se refiere a “millones de millones”, para evitar confusiones) de RMB, lo que ha representado más del 30% del PIB y ha generado importantes ingresos por exportación y una gran cantidad de empleo interno para China, y también ha ayudado a promover el progreso científico y tecnológico nacional. Lo que China necesita no es solo una circulación doméstica, sino una doble circulación, compuesta por la nacional y la internacional.

Antes de todo, desde la perspectiva de la participación extranjera en la economía china, China es una economía de mercado y trata por igual a los productos y servicios nacionales y extranjeros. El mercado interno de China es suficientemente amplio para abarcar la oferta de los productos internacionales, y sólo con la competencia externa, los productos y servicios propios de China son capaces de mejorarse constantemente. En segundo término, desde la perspectiva de la participación de China en la economía global, todos los países tienen derecho a participar en los asuntos económicos internacionales en igualdad de condiciones y China no es una excepción.

China siempre se ha adherido al principio de cooperación equitativa y el beneficio mutuo en la cooperación económica internacional, y los productos, servicios e inversiones de China han sido bien recibidos. Esto explica por qué China es hoy el mayor socio comercial de unos 140 países del mundo. Las inversiones de China en otros países ascendieron en 2020 a US$132.900 millones, ocupando el segundo lugar en el ranking mundial y China también se convirtió en el mayor receptor de inversiones extranjeras, con una totalidad de US$163.000 millones, superando a los Estados Unidos.

¿Cómo se entiende la relación entre las dos circulaciones? En primer lugar, el nuevo paradigma de desarrollo enfatiza la “doble circulación”, en vez de una “única circulación”, es decir, ambas circulaciones son necesarias y no se puede ignorar ninguna. “Tomar la circulación nacional como el pilar” es un ajuste activo de políticas realizado por el gobierno chino, de acuerdo con la actual etapa de desarrollo de China y la realidad del panorama político y económico internacional, que sirve para garantizar el desarrollo sostenible de la economía china. Pero esto no significa de ninguna manera “cerrar el país”. Al contrario, China abrirá su puerta al mundo aún más.

En segundo lugar, entre las dos circulaciones, se toma la circulación nacional como el pilar, y las dos circulaciones deben promoverse mutuamente. La gran circulación nacional puede fomentar la capacidad y confianza que tiene China en su participación en la economía internacional a un nivel superior, y la circulación internacional complementa de forma necesaria y beneficiosa a favor de la gran circulación nacional. ¿Qué nuevas oportunidades ofrece la “doble circulación” para la cooperación económica-comercial entre China y Chile? China y Chile son importantes socios económicos y comerciales.

En 2020, el intercambio comercial bilateral entre China y Chile superó las influencias negativas de la pandemia del COVID-19 y aumentó un 10,6% , del cual las exportaciones chilenas aumentaron un 15%, lo que contrasta fuertemente con la caída del 8% en el valor total del comercio exterior de Chile. De enero a mayo del año corriente, el intercambio comercial China-Chile ha aumentado un 44,4% (del cual las exportaciones chilenas han crecido un 40,5%), nuevamente mucho más que el aumento del 35% que ha marcado el comercio exterior total de Chile. Una doble circulación nacional e internacional más abierta no representa solo las necesidades de desarrollo que tiene China, sino que también brindará a Chile amplias oportunidades: La “circulación nacional” de China proporciona un mercado amplio y estable para los productos chilenos.

Los 1.400 millones de chinos desean mejorar continuamente su calidad de vida, cuyas demandas sobre los vinos, mariscos y frutas frescas contra-estación del origen chileno son suficientes para superar la capacidad que las bodegas y los proveedores chilenos de productos acuáticos y frutas puedan ofrecer. La enorme escala de la industria manufacturera de China necesita suministrar cantidades masivas de productos industriales para los mercados nacionales e internacionales, y la demanda sobre cobre, litio y otros productos relacionados de Chile es suficiente para respaldar el crecimiento continuo de las industrias concernientes de Chile. China participa proactivamente en la circulación internacional. Reconocida mundialmente como el “gigante de la infraestructura”, China es líder mundial en tecnologías y equipos tanto en infraestructura tradicional como energía eléctrica, como en la “nueva infraestructura” como inteligencia artificial, big data y telecomunicaciones 5G. Y las empresas chinas, con sus tecnologías y equipos en el campo de la energía de hidrógeno verde, también pueden hacer contribuciones en el cumplimiento de Chile de sus metas sobre el hidrógeno verde.

En las circunstancias actuales, controlar la pandemia es la óptima política económica. En el área de las vacunas, China y Chile están cooperándose estrechamente. Chile se ha convertido en uno de los países que más vacunas han recibido de China, lo que ayuda a Chile a realizar una vacunación masiva y crear condiciones para la recuperación económica. Y dentro del Crédito Especial para los Proyectos de Infraestructura China-América Latina y el Caribe, China estableció el Crédito Espercial Anti COVID-19 China-América Latina y el Caribe con un monto total de US$1.000 millones, para apoyar las luchas anti-pandémicas y otros proyectos de salud pública de los países de la región, y si Chile necesita solicitar dichos fondos, será bienvenido.

China y Chile también pueden fortalecer la coordinación de políticas económicas internacionales, defender conjuntamente la globalización económica y la liberalización comercial, salvaguardar las cadenas productivas y las cadenas de suministro internacional de las interferencias de los factores no económicos y proteger nuestros intereses comunes. Con la sólida base de cooperación que otorga la asociación estratégica integral entre China y Chile, somos capaces de aprovechar plenamente el nuevo paradigma de desarrollo económico de “doble circulación” de China, fortaleciendo la comunicación de políticas y logrando la conectividad en infraestructura, comercio, financiación y el acercamiento de los pueblos.

A fines del año pasado, China y Chile celebraron el 50º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas. ¡Tengo fe en que las relaciones entre China y Chile serán más fructíferas en el futuro!