En cuestiones económicas, donde la retórica y las acciones en torno a un desacoplamiento captan la mayor atención, los datos sobre comercio e inversión siguen apuntando obstinadamente en la dirección contraria: la de una profunda interdependencia entre EEUU y China. Una circunstancia que se extiende incluso a la producción de conocimiento. Las empresas líderes en tecnología de ambos países han estado construyendo centros de investigación en el otro. Alibaba, Baidu y Tencent han abierto numerosos centros de investigación en los EEUU, así como Apple, Microsoft, Tesla y otras importantes empresas de tecnología estadounidenses confían en el talento de la ingeniería china.
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