La propiedad intelectual (PI) se ha convertido en parte integral del poder económico. El casi monopolio de los EEUU sobre la PI de alta calidad ha permitido a sus empresas capturar una parte desproporcionada del valor agregado a nivel mundial. Los esfuerzos de EEUU para producir, regular y proteger la PI pueden enmarcarse entonces como un intento de resguardar su poder para dar forma a la economía global. El liderazgo de China ha seguido obstinadamente su propio camino de innovación para mantener el crecimiento económico y evitar la trampa del ingreso medio al ascender en la cadena de valor. Pero independientemente de las intenciones de Beijing, esto amenaza el poder económico de EEUU.
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