CIUDAD DE MEXICO, 7 oct (dpl news) — Pese a los esfuerzos de Estados Unidos por reducir su dependencia de la manufactura China y los planes de países emergentes por capturar parte de la producción que sale del país asiático, la actual planta instalada y la integración a las cadenas de suministro actuales, harían que ciertas empresas como Apple enfrenten grandes retos para mover parte de su producción.
Según un reciente análisis de Bloomberg Intelligence (BI) sobre el proceso de producción de Apple, necesitaría alrededor de ocho años para trasladar tan sólo el 10 por ciento de su capacidad de producción fuera de China, donde se ha fabricado aproximadamente 98 por ciento de los iPhone de la empresa.
Recientemente, se dio a conocer que la compañía comenzó a producir algunos modelos de iPhone 14 en India, mientras que Foxconn Technology Group, uno de los proveedores más grandes de Apple, acordó recientemente una expansión de 300 millones de dólares de sus instalaciones en Vietnam.
De acuerdo con el informe, la disponibilidad de “decenas de proveedores locales de componentes, sin mencionar el transporte, las comunicaciones y los suministros de electricidad modernos y eficientes, hacen que sea particularmente difícil salir de la segunda economía más grande del mundo”.
“Con China que representa el 70 por ciento de la fabricación mundial de teléfonos inteligentes y los principales proveedores chinos que proveen casi la mitad de los envíos globales, la región tiene una cadena de suministro bien desarrollada, que será difícil de replicar, y Apple podría perder el acceso si se mueve”, dijo el informe de BI de los analistas Steven Tseng y Woo Jin Ho.
Desde la imposición de tarifas a la importación de productos y componentes chinos, y la restricción de acceso a tecnología en contra de fabricantes durante la administración de Donald Trump, hasta prohibiciones de acceso a chips para Inteligencia Artificial del presidente Joe Biden, la relación entre Estados Unidos y China se ha vuelto más tensa en los últimos años.
Para acelerar la desintegración con China, el gobierno de Estados Unidos ha apresurado diversas políticas para impulsar la producción de componentes, incluyendo 52 mil millones de dólares en subsidios para semiconductores y formar nuevas alianzas comerciales o de cooperación con países aliados.
Sin embargo, el informe también revela que la estrategia de ‘nearshoring’ de la administración de Biden, o “friends-shoring”, aún está lejos de concretarse.
Las empresas estadounidenses tenían 90 mil millones invertidos directamente en China a fines de 2020 y, a pesar de la tensión y presiones del gobierno norteamericano, agregaron otros 2.5 mil millones en 2021, según datos compilados por el Ministerio de Comercio de China, citados por Bloomberg.
Bloomberg Intelligence estima que la dependencia general a China de la industria tecnológica podría reducirse entre un 20 y un 40 por ciento “en la mayoría de los casos” para 2030. Los fabricantes de hardware y productos electrónicos podrían reducir su dependencia del mercado chino entre un 20 y un 30 por ciento en la próxima década.