BEIJING, 3 nov (EFE) — El Ministerio de Seguridad del Estado de China (MSS) prometió “medidas enérgicas” contra “actividades ilegales y criminales que pongan en peligro la seguridad financiera” del país, así como “supervisar y prevenir riesgos” en ese campo.
“Hay países que tratan a las finanzas como una herramienta geopolítica y practican una hegemonía monetaria. A menudo, esos países recurren a sanciones financieras y a otras medidas agresivas”, indicó el MSS en un comunicado divulgado ayer.
También asegura que hay “actores nocivos que intentan provocar problemas financieros y explotar el caos con ventas a corto plazo y especulación a la baja, además de incitar alarmismo”.
“Su objetivo es sacudir la confianza internacional en las inversiones chinas y provocar problemas financieros en el país”, agrega el texto.
Según el MSS, “todo esto plantea nuevos desafíos”, con lo que la cartera tomará cartas en el asunto para “garantizar la seguridad financiera nacional en un panorama cambiante”.
“Esta es una cuestión estratégica y fundamental relacionada con el desarrollo económico y social general de China. Debemos construir una sólida línea de defensa en este campo”, asevera, tras reconocer que “todavía hay muchos riesgos y problemas económicos ocultos”.
“Tomaremos medidas enérgicas de conformidad con la ley. Debemos prevenir actividades ilegales y criminales que pongan en peligro la seguridad nacional y garantizar un desarrollo financiero de alta calidad”, concluye la nota.
El pasado domingo, las autoridades chinas prometieron tras una reunión “reforzar la supervisión financiera” para “evitar y desactivar los riesgos de manera efectiva” en un momento en el que diversos gobiernos locales y regionales del país atraviesan problemas de deuda y la crisis inmobiliaria lastra la recuperación económica.
La plana mayor del Partido Comunista de China reconoció que “continúan surgiendo problemas de corrupción y caos financiero”, y apuntó a la necesidad de “reforzar” las “débiles” capacidades de supervisión del sector.
Uno de los temas que trató la reunión fue el citado problema de deuda de los gobiernos locales, que, según el Fondo Monetario Internacional, acumularían unos 9 billones de dólares de “deuda oculta”, más del doble que en 2017.
Por otra parte, el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs aseguró a finales de octubre que los inversores extranjeros están sumándose a la que, según el banco, sería la mayor situación de fuga de capitales experimentada en China desde 2016.
El banco de inversión apuntó que, según sus estimaciones, China registró en septiembre una salida de capitales de unos 75.000 millones de dólares, la mayor fuga neta desde 2016.
A esto hay que sumar la mala situación de los mercados de valores o la depreciación del yuan, en mínimos de los últimos 16 años frente al dólar, lo que hace que las empresas exportadoras prefieran mantener una mayor porción de lo obtenido con sus ventas fuera del país.
Ante la coyuntura, Beijing ha tomado medidas para tratar de atajar la salida de capitales como la prohibición de que las firmas nacionales de corretaje de acciones con sede en Hong Kong u otros puntos del exterior admitan clientes radicados en China continental.