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BOGOTA, 30 nov (El Nuevo Siglo) — Las recientes previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), señalan que este año India y China serán las economías que impulsen el crecimiento en el mundo.

Pese a esto, el organismo señala que la economía mundial corre riesgos “importantes” si el actual conflicto entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás se extiende.

Entre las nuevas previsiones de la OCDE, rebajan ligeramente el crecimiento global a 2,9% en 2023.

“Si el conflicto se intensificara y se extendiera a toda la región (de Oriente Medio), los riesgos de desaceleración de la economía y de aumento de la inflación serían mucho más importantes”, advierte la OCDE.

Una de las principales consecuencias podría ser un aumento de los precios del petróleo y del gas: un alza de US$ 10 del precio del barril podría implicar un alza de 0,2 puntos de la inflación mundial el primer año y una caída de 0,1 puntos del crecimiento, explica.

Por el momento, los efectos de esta guerra son “relativamente limitados”, precisa la organización, que rebaja 0,1 puntos porcentuales, a 2,9% del PIB, su anterior previsión de crecimiento mundial, y mantiene en 2,7% la de 2024.
Condiciones

Según Clare Lombardelli, economista jefe de la OCDE, los actuales factores que pesan sobre la actividad son “el endurecimiento de las condiciones financieras, la debilidad de los intercambios comerciales y el debilitamiento de la confianza”.

Sin embargo, el crecimiento es desigual en 2023, mucho más fuerte en Estados Unidos (2,4% de PIB) o en economías emergentes como Brasil (3%), India (6,3%) o China (5,2%), que en Europa: un 0,5% en Reino Unido y un 0,6% en la zona euro.

Entre las principales economías europeas, España destaca con un crecimiento del 2,4% para el año en curso, por delante de Francia (0,9%), Italia (0,7%) y Alemania (-0,1%).

De las economías latinoamericanas incluidas en las previsiones, Costa Rica registra la mayor expansión en 2023 (5,1%), seguida de México (3,4%), Brasil, Colombia (1,2%), Chile (0,0%), Perú (0,0%) y Argentina, que se contraerá un 1,8%.

La elevada inflación por su parte debería caer progresivamente del 7,4% en los países de la OCDE este año al 5,3% en 2024. En Argentina, este índice subiría del 124% en 2023 al 157,1% al año siguiente, antes de caer al 62,4% en 2025.
India

Tras un sólido resultado en el año fiscal 2022-2023, se prevé que el crecimiento del PIB real se desacelere al 6,3% en el año fiscal 2023-2024 y al 6,1% en el año fiscal 2024-2025 debido a eventos climáticos adversos y el debilitamiento de las perspectivas internacionales.

Las crecientes exportaciones de servicios y la inversión pública seguirán impulsando la economía. La inflación disminuirá progresivamente, con las correspondientes mejoras del poder adquisitivo. Esto, junto con el fin del patrón climático de ‘El Niño’, el aumento de la productividad gracias a las recientes reformas políticas y la mejora de las condiciones globales, ayudarán a fortalecer la actividad económica, con un crecimiento del PIB real proyectado del 6,5% en los años fiscales 2025-26.

China

Respecto al gigante asiático, la OCDE estima que el PIB estaría en 5,2%, una cifra menor a la proyectada por el Fondo Monetario Internacional que elevó su previsión de crecimiento al 5,4% por el aumento del consumo y las medidas recientes anunciadas por Beijing.

Después de un año difícil para la segunda economía del mundo, el crecimiento en el tercer trimestre se expandió más de lo esperado.

El Fondo prevé ahora un aumento del producto interior bruto (PIB) del 5,4% este año, en comparación con su estimación anterior del 5%. Para 2024 también elevó su previsión al 4,6% frente al 4,2% anterior.

La mejora de la previsión refleja “un fuerte repunte posterior a la reapertura de la demanda interna, en particular el consumo”, dijo Gita Gopinath, primera subdirectora gerente del FMI.

Entre julio y septiembre la economía china creció un 4,9%, a un ritmo más lento que el trimestre anterior, pero mejor de lo esperado y un poco por debajo de la meta del gobierno de “alrededor del 5%” para este año, uno de sus objetivos más bajos en años.

En 2022 la economía china se expandió solo un 3,0%, muy por debajo del objetivo oficial del 5,5%, asfixiada por las draconianas medidas contra el Covid-19.

Los desafíos

“La economía mundial sigue enfrentando los desafíos del bajo crecimiento y la inflación elevada, con una leve desaceleración el próximo año, principalmente como resultado del necesario endurecimiento de la política monetaria en los últimos dos años. La inflación ha disminuido desde los máximos del año pasado. Esperamos que la inflación vuelva a alcanzar los objetivos de los bancos centrales para 2025 en la mayoría de las economías”, dijo el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.

Indicó que “a más largo plazo, nuestras proyecciones muestran un aumento significativo de la deuda pública, en parte como resultado de una mayor desaceleración del crecimiento. Se necesitan mayores esfuerzos para reconstruir el espacio fiscal, impulsando también el crecimiento. Para asegurar un crecimiento más fuerte, necesitamos impulsar la competencia, la inversión y las habilidades y mejorar la cooperación multilateral para abordar desafíos comunes, como revitalizar los flujos comerciales globales e implementar acciones transformadoras sobre el cambio climático”.

Los efectos del endurecimiento de la política monetaria desde principios de 2022 son cada vez más visibles. Las tasas de interés oficiales parecen estar en su punto máximo o cerca de él en la mayoría de las economías. La política monetaria debe seguir siendo restrictiva hasta que haya señales claras de que las presiones inflacionarias se han reducido de manera duradera. No se esperan reducciones de tasas en las principales economías avanzadas hasta bien entrado 2024, y en algunas economías no antes de 2025. Hay margen para reducciones de tasas en muchas economías de mercados emergentes, pero las condiciones financieras globales limitarán el ritmo al que pueden ocurrir. Se deben hacer mayores esfuerzos para garantizar que los mercados permanezcan abiertos para ayudar a liderar el camino hacia las transiciones digital y verde. La política fiscal debe prepararse para los desafíos del gasto a largo plazo.

“Los gobiernos realmente necesitan comenzar a enfrentar los crecientes desafíos que enfrentan las finanzas públicas, particularmente el envejecimiento de la población y el cambio climático”, dijo Lombardelli, quien añadió: “Los gobiernos deben gastar de manera más inteligente y los responsables de las políticas deben contener las presiones fiscales actuales y futuras, preservando al mismo tiempo la inversión y reconstruyendo reservas para responder a shocks futuros”.