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Desde hace meses que la opinión mayoritaria de los analistas se ha concentrado en la magnitud de la deuda pública de China y en sus posibles consecuencias globales. Del mismo modo, el prolongado proceso de desaceleración económica por el que atraviesa actualmente el país asiático ocupa con frecuencia gran parte de los titulares de la prensa internacional, cuando se refieren a China. No obstante, la percepción de los ciudadanos chinos, en torno a las futuras perspectivas económicas, pareciera ser muy distinta.

La última encuesta Westpac-MNI sobre la confianza del consumidor reflejó precisamente este contraste, al ubicarse en 115,9 puntos durante junio, cifra que fue 3,2% superior a los niveles registrados hace un año. Si bien la cifra estuvo por debajo de la media a largo plazo, de 119,8 puntos; cualquier dato por encima de los 100 puntos indica que los optimistas superan a los pesimistas. Es más, la mayoría de los ítems que componen la encuesta registraron mejoras sólidas en junio, tales como las expectativas en torno a la economía familiar o el empleo. Estos datos no dejan de cobrar relevancia, en momentos en que se impone una tendencia a descartar muchos de los indicadores económicos oficiales del gobierno chino, o a tenerlos por lo menos bajo sospecha. La encuesta Westpac-MNI es un estudio privado que mes a mes realizan destacados organismos de servicios financieros globales, con entrevistas en terreno, recabando experiencias de primera mano. Muy lejos de cualquier manipulación.

Pero la discrepancia entre la opinión de los analistas y la realidad de la economía china pareciera ir más allá. Basta con citar la reciente apertura de un gigantesco parque temático que la multinacional Disney realizó en Shanghai, con una inversión de más de 5 mil millones de dólares y en el que se proyectan 15 millones de visitas anuales. En la misma línea del entretenimiento, China se acerca poco a poco a convertirse en el mercado cinematográfico más grande del mundo, con más de 39 mil pantallas disponibles, cifra que tiene a numerosos estudios y distribuidores occidentales frotándose las manos. En síntesis, lejos de minimizar las complejas condiciones de la economía china, no debemos olvidar que este verdadero país continente, cuenta aún con muchas oportunidades y aristas de negocios, las que le permitirán sin duda continuar jugando un papel de primer nivel durante las décadas venideras.