Hay un factor que podría retrasar la marcha implacable de China de convertirse en la mayor economía del planeta: una productividad vacilante. China avanza constantemente en riqueza, tecnología y experiencia. Pero a medida que suben los costos y la fuerza de trabajo se contrae, debido a décadas de política de un solo hijo, el país podría sucumbir a un avance lento que amenaza tanto su futuro, como el de la economía global. The Conference Board, que utiliza estimaciones ajustadas de crecimiento económico, calcula que la productividad laboral china creció 3,7% en 2015, una fuerte caída respecto de un promedio de 8,1% anual entre 2007 y 2013. China impulsó su rápido desarrollo mediante el desplazamiento de capital y mano de obra subutilizada a una economía capitalista moderna. Pero ese recurso se agota a medida que la economía avanza, lo que implica que el retorno obtenido por cada dólar de nueva producción, comienza a reducirse. Ese es el desafío que ahora enfrenta China.
Para leer el artículo completo haga click aquí