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CHANGZHOU, 9 jul (Reuters) — Las empresas mundiales de tratamiento de aguas residuales y tratamiento de agua están mirando las oportunidades en China, país que ha estado durante años combatiendo la contaminación por escurrimientos de fertilizantes, metales pesados y aguas residuales no tratadas.
Una encuesta realizada en 2015 mostró que casi dos tercios del agua subterránea de China y un tercio de su agua de superficie no eran aptas para el consumo humano.
Para revertir esto, China se ha comprometido a establecer 126.000 kilómetros de tuberías de alcantarillado hacia 2020, lo suficiente para rodear el mundo tres veces, y aumentar el tratamiento de aguas residuales urbanas en 50 millones de metros cúbicos al día, igual a 20.000 piscinas de tamaño olímpico.
La circunstancia ha abierto el apetito de especialistas en aguas residuales, como Emefcy de Israel, RWL Water y la francesa Veolia, quienes quieren tomar parte del gasto medioambiental anual de China estimado en 3 billones de yuanes (441.000 millones de dólares) en los próximos cinco años.
Según Xue Xiaohu, gerente general de Jiangsu Greenway, que vende tecnología de tratamiento de agua a la industria textil, las normas ambientales más estrictas están atrayendo a empresas de todos los tamaños, pero las grandes empresas estatales chinas siguen dominando los grandes proyectos.