SHANGHAI, 5 nov (Xinhua) — Ha pasado ya más de una década desde que Francisco Castro empezó su trasegar en China ofreciendo los vinos de la Viña Echeverría de Chile y la experiencia que ha adquirido le ha permitido posicionar su marca en el mercado chino.
“Muchos colegas míos, incluido yo, viajábamos sin mucha información y así empezamos a aprender un poco como consumen vino los chinos, qué es lo que les gusta, qué buscan, por qué quieren comprar vino”, asegura en entrevista con Xinhua.
El empresario recuerda que el principal desafío que los exportadores enfrentaban era que no conocían el mercado.
“El gran error era que considerábamos que China era un solo país, y claro es un solo país pero cada provincia es distinta (…) en esa época el único mercado que estaba empezando a abrirse era el de Shanghai y un poco el de Beijing, el resto de China no compraba nada de vino”, asegura.
Aunque era un negocio muy incipiente, tenía mucho potencial y se empezaba a abrir el mercado, y le llamó la atención en especial que más del 80 por ciento de las ventas de vino de calidad premium no son para consumo personal sino para regalos en fechas especiales como el Año Nuevo Chino o la Fiesta del Medio Otoño.
Hace unos cinco o seis años el mercado del vino “explotó” y China se convirtió en el principal destino de las exportaciones chilenas de ese producto.
Prueba de ello es que en 2017 ingresaron a China 8,2 millones de cajas de vino chileno por un valor cercano a los 254 millones de dólares, un alza del 29 por ciento con respecto al año anterior, y los seis primeros meses de 2018 ha mostrado un mayor dinamismo creciendo un 9,4 por ciento, es decir 124,3 millones de dólares.
Este crecimiento ha sido posible gracias a la mayor experiencia de los exportadores pero también a dos factores que lo han hecho posible en China: una gran demanda por parte de una clase media en crecimiento e interesada en probar y regalar productos de lujo, y la posibilidad de exhibir los vinos en las ferias comerciales que se organizan constantemente en China.
“Todas estas ferias han ayudado para dar a conocer los productos que el país tiene en sí”, destacó Castro.
De ahí que su empresa haya decidido participar en la primera Exposición Internacional de Importaciones de China (CIEE) en Shanghai, que fue inaugurada este lunes por el presidente chino, Xi Jinping, y en la cual 172 países, regiones y organizaciones internacionales mostrarán sus logros en términos de desarrollo y su imagen a nivel internacional del 5 al 10 de noviembre.
Castro ha aprendido con los años que en China hay una demanda muy potente por marcas secundarias que ofrezcan cierta exclusividad en lugar de consumir las que ya están establecidas y tienen renombre a nivel mundial.
“Yo creo que China está reinventando el marketing del vino (…) los importadores buscan exclusividad y buscan marcas secundarias que son de ellos y ellos invierten mucho en la promoción de esas marcas”, indicó.
Otro de los factores que ha ayudado a las ventas de los exportadores y también a incrementar el consumo de vino en China es el auge de las plataformas de ventas digitales, lo que permite un comercio minorista directo, en especial para los vinos más económicos, que son competitivos en precio.
Este tipo de iniciativas está ayudando para que los vinos chilenos ya no lleguen tan solo a Shanghai y Beijing, como en los primeros días que Castro empezó su andadura en China, sino a compradores rurales que ahora representan el 17 por ciento de todas las ventas en línea en China.
Esta democratización de los vinos llevará a que China se convierta en un mercado fuerte, según dijo en diálogo con Xinhua Steven Spurrier, un británico experto en vinos que es catalogado como el “campeón del vino francés” y quien ha promovido la expansión de la producción de vino en el Nuevo Mundo.
“Chile es probablemente el país más progresista del Nuevo Mundo en cuanto a sus viñas”, asegura el experto y agrega que ahora en China están disfrutando de la complejidad “casi caleidoscópica” de los vinos chilenos, los cuales tienen una historia detrás que los hace atractivos para el emergente mercado chino.