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SANTIAGO, 10 abr (El Mercurio/WSJ) — Si el mundo estaba en riesgo de caer en una recesión, aquellos a cargo de las políticas parecen haber maniobrado a tiempo para impedirlo.

En EEUU la desaceleración nunca partió. Marzo remató un trimestre en el que los empleos aumentaron tan rápido como lo hicieron en el cuarto trimestre. El crecimiento en las horas privadas trabajadas, un mejor indicador de la demanda de labor empresarial, realmente se aceleró.

En el resto del mundo, un aumento en el índice de gestores de compra de China en marzo sugiere que su desaceleración esté terminando, y un mejoramiento modesto en la producción industrial alemana en febrero generó esperanzas de lo mismo ahí. En resumen, si bien los temores a una recesión no han desaparecido por completo, el pánico que se apoderó de los mercados financieros el año pasado ahora parece fuera de lugar.

Ese pánico se produjo debido a dos vientos en contra que enfrenta el mundo. El primero, los bancos centrales globales y otros estaban disminuyendo el estímulo. La Reserva Federal subió las tasas de interés cuatro veces mientras reducía lentamente su estado de cuenta y el Banco Central Europeo (BCE) se preparaba para seguir el ejemplo. Las autoridades chinas frenaron , en tanto, el aumento del crédito.

El segundo, el riesgo político se propagó: el fallido esfuerzo de Gran Bretaña para salir de la Unión Europea ha boicoteado la inversión empresarial y una reacción financiera al populismo de la reducción presupuestaria metió a Italia en una recesión. Mientas tanto las acciones proteccionistas del gobierno de Trump, en especial contra China, “causó estragos en el comercio mundial y en la actividad industrial global”, escribió el economista independiente Philip Suttle en una nota a los clientes.

La segunda serie de riesgos persiste, pero la primera está retrocediendo. La Fed anunció en enero que suspendería las alzas en las tasas de interés, lo que ayudó a las acciones a recuperar las pérdidas del año pasado. La única parte de la economía mundial que languideció bajo las tasas de interés más altas fue la vivienda y esta también se está recuperando. Desde octubre las tasas hipotecarias han caído casi un punto completo de porcentaje y las nuevas ventas de casas han subido el 21%. El BCE ha empezado a calmarse de nuevo y China ha vuelto a abrir la llave del crédito.