Hacia el año 2050, cerca del 23 por ciento de la clase media mundial pertenecerá a China. Cifra a la que si se agrega India y otros países asiáticos, subirá a más del 70 por ciento. Una de las numerosas circunstancias que según el académico de origen español, Juan Antonio Fernández, grafica cuál será el panorama económico global que se nos avecina. “China –complementó– es el único país que puede mirar a los ojos a Estados Unidos de igual a igual”.
Fernández, profesor de administración y Decano Asociado de la China Europe International Business School (CEIBS) fue el expositor central del Seminario: Escenario Actual de las Inversiones Bilaterales Chile-China, que a fines de abril organizó CHICIT en conjunto con sus empresas socias: Deloitte y Urrutia & Cia Abogados.
El académico, radicado en China desde hace casi dos décadas, entregó valiosos datos estadísticos sobre el ambiente de negocios del país asiático a cerca de un centenar de participantes, quienes se congregaron desde temprano en el Centro de Convenciones de Deloitte.
Sobre la base de una serie de encuestas, Fernández detalló que los desafíos más relevantes para las empresas extranjeras en China se relacionan principalmente con el paulatino aumento de los costes, en especial laborales, en la medida que el páis asiático abandona su tradicional y estricta condición de “fábrica del mundo”. A ello se agrega, el actual proceso de desaceleración china, que a pesar de no ser ya una economía que crece a tasas del 10 por ciento, seguirá siendo un protagonista fundamental de los mercados futuros.
El Seminario contó además con la intervención del Consejero Económico y Comercial de la Embajada de China en Chile, Liu Rutao, quien se detuvo particularmente en el valor agregado que la inversión china ha logrado imprimirle a la economía nacional, desde múltiples puntos de vista. En ese sentido, destacó la presencia de las firmas chinas: China Construction Bank y Bank of China, en el ámbito financiero; y de las empresas Mobike y Didi, en el sector de transporte urbano.
Según el representante de la legación diplomática, las empresas chinas que se han instalado y abierto paso en Chile, no sólo se han concentrado en obtener utilidades, sino que han procurado realizar aportes en la calidad y estructura de los servicios. Tal es el caso de Transelec –ejemplificó–, cuyo 27 por ciento fue adquirido el año pasado por la firma china Southern Power Grid International, la segunda empresa eléctrica del país asiático, con una red que abarca más de 2.000 kilómetros de este a oeste y una capacidad instalada de 310 GW.
De manera complementaria, ejecutivos de Deloitte pasaron revista a la realidad y a las expectivas de las inversiones chinas en Chile, subrayando la compra del 23,7 por ciento de SQM, por parte de la compañía Tianqi, en una operación por US$4.100 millones, la que se convirtió en la mayor transacción de una empresa china en el país. Asimismo, confirmaron el positivo rol que han jugado el Tratado de Libre Comercio bilateral y el Convenio para evitar la doble tributación entre ambos países.
La actividad sirvió finalmente para presentar oficialmente el China Desk de Deloitte, cuyo funcionamiento busca proporcionar los mejores insumos para el éxito de las empresas chinas interesadas en hacer negocios en Chile, así como en Latinoamérica en general.