SANTIAGO, 9 may (El Mercurio) — Los miedos a que la guerra comercial impacte aún más a la economía global, volvieron a aflorar esta semana luego de que el Presidente de EEUU, Donald Trump, afirmara que este viernes subirá aranceles de un 10% a 25% a productos chinos por un monto equivalente a US$200 mil millones. Y sus dichos no se quedaron sólo en amenazas, ya que ayer autoridades del gobierno estadounidense confirmaron que el documento que oficializa estos aranceles ingresó al Registro Federal para publicarse hoy y entrar en vigencia mañana.
De inmediato, Beijing señaló que si la medida se hace efectiva, responderán con más aranceles. La situación fue aún más confusa, mientras ambos países advertían de más impuestos cruzados. Trump dijo a través de Twitter que la razón de la retractación de China, que lo habría llevado a subir los aranceles, y su intento por renegociar el acuerdo comercial “es que tiene una sincera esperanza en que podrá negociar con Joe Biden o con alguno de esos débiles demócratas” (sic). Acto seguido añadió por el mismo medio: “Adivinen que: eso no va a pasar! China nos acaba de informar que ellos (el viceprimer ministro) vienen a EEUU a buscar un acuerdo. Ya veremos, pero estoy muy contento con la idea de más de US$100 mil millones al año en aranceles llenando las arcas estadounidenses”.
Pese a las amenazas cruzadas entre las dos principales potencias mundiales, los negociadores chinos llegaron a Washington para concretar la undécima ronda de conversaciones para finalizar la guerra comercial.