SANTIAGO, 23 may (El Mercurio) — Al menos entre el 40% y el 60% del incremento de las emisiones en los últimos años de CFC-11, un potente gas destructor del ozono atmosférico, proviene de la zona este de la China continental, según una investigación publicada en Nature.
El CFC-11 es un gas de efecto invernadero, cuyo uso industrial ha aumentado en Asia oriental desde 2013, a pesar de que el Protocolo de Montreal lo vetó en 2010.
A partir de la década de 1990, las concentraciones del producto en la atmósfera habían comenzado a decrecer, pero en los últimos años esa tendencia se ha frenado, aunque todavía no se había identificado de dónde procedían las nuevas emisiones. Ahora investigadores de Corea del Sur y del Reino Unido detallan en su estudio que las emisiones de gas procedentes del este de China fueron aproximadamente 7 millones de kilos por años superiores en el periodo entre 2014 y 2017, que entre 2008 y 2012.