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BUENOS AIRES, 6 jul (El Mercurio) — En la remota provincia de Jujuy, en el norte de Argentina, el gigante chino de telecomunicaciones ZTE está instalando una parte del gran aparato de vigilancia del país asiático: cámaras de seguridad que, según el gobierno provincial, ayudarán a frenar el delito callejero.

Este acuerdo pequeño y poco conocido está suscitando preocupación en Washington, que está alertando cada vez más a sus aliados de que no compren tecnología china que, según dice, podría ser utilizada por Beijing para espiar a sus clientes.

ZTE selló un contrato por US$30 millones para proporcionarle cámaras, centros de monitoreo, servicios de emergencia e infraestructura de telecomunicaciones. La empresa se acercó a Jujuy por primera vez hace tres años.

El acuerdo refleja cómo China está avanzando en América Latina aún cuando EEUU advierte sobre los peligros del uso de su tecnología, especialmente la relacionada con la vigilancia.