SANTIAGO, 27 jul (El Mercurio) — Desde el aire se ve como una enorme estrella de mar en medio de los suburbios del sur de Beijing. El nuevo aeropuerto internacional de Daixing, diseñado por la prestigiosa firma de arquitectos de Zaha Hadid (fallecida en 2016), se ha convertido en la última joya de infraestructura del Presidente Xi Jinping, que se empeño en que se construyera en sólo cuatro años y nueve meses y estuviera listo para ser inaugurado en el 70º aniversario de la fundación de la República Popular de China el 1 de octubre.
El terminal aéreo pretende descongestionar el Beijing Capital International, el segundo más transitado del mundo, que con 101 millones de pasajeros anuales ya está sobrepasado. Con 780 mil metros cuadrados construidos y una superficie total de 46 kilómetros cuadrados -más de dos veces la comuna de Santiago, lo que obligó a demoler 11 barrios y reubicar a 20 mil personas- seré el aeropuerto más grande en un sólo edificio, superando al Hartsfield-Jackson de Atlanta, que se reparte en distintas secciones. Daixing espera recibir inicialmente a 72 millones de pasajeros al año, pero se proyectan ampliaciones -sus pistas pasarán de cuatro a ocho en 2040- para que supere el umbral de 100 millones y en el largo plazo opere hasta con el doble.
Aunque queda más lejos del centro que el otro terminal aéreo de Beijing -a 46 kilómetros de la Plaza Tiananmen- Daixing estará sólo a 20 minutos de viaje, gracias a que no sólo estará conectado al metro sino que también a una nueva línea de tren rápido. Estas obras viales y ferroviarias encarecieron el costo del terminal, que en total llegaría a US$58 mil millones.
Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, China se convertirá en los próximos tres años en el mayor mercado aéreo del mundo, superando a EEUU, gracias a una nueva clase media que en la próxima década tendrá unas 500 millones de personas.