Un reciente informe de McKinsey & Company establece que la crisis del Covid-19 ha acelerado cinco tendencias que configuran la economía china. La primera de ellas es la digitalización, a través de herramientas que se están convirtiendo en soluciones cada vez más populares, expandiéndose de empresa a consumidor (B2C) y de empresa a empresa (B2B). La exposición mundial, la intensidad competitiva, y el “proceso de maduración de los consumidores”, también se encuentran entre las tendencias destacadas por el informe. Según McKinsey, al ser China el primer país en lidiar con la crisis, ha estado al frente tanto de la recuperación económica posterior, como de los cambios sociales precipitados por la pandemia.
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