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Por Xu Bu, Embajador de la R.P.China en Chile

SANTIAGO, 29 jul (El Mercurio/Editorial) — Recientemente, en la Biblioteca del Presidente Nixon en California, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, pronunció un discurso anti-China intencionadamente elaborado, predicando sin tapujos la lucha ideológica y describiendo a China como el enemigo del mundo con el fin de provocar una “Nueva Guerra Fría” contra China.

Pompeo corre sin escrúpulos por el camino de mentiras y engaños alcanzando un nuevo “peak” con su reciente discurso. EEUU ya ha registrado 4,43 millones de casos confirmados del Covid-19 y más de 150 mil muertes; el grito “No puedo respirar” de George Floyd todavía resuena en el cielo del país, y cientos de miles de pobres vagabundean por las calles. Ante este escenario, lo que deberían hacer Donald Trump y Mike Pompeo es dedicarse a las cooperaciones internacionales para enfrentar los desafíos globales y los problemas de desarrollo económico y salud de su país. Sin embargo, hacen justamente lo contrario.

Durante el último tiempo, Trump, Pompeo y otras personas han lanzado una serie de acciones de contención y opresión contra China. Ellos han llamado al Covid-19 el “virus chino” en reiteradas ocasiones, han utilizado el poder estatal para suprimir a las compañías chinas, como Huawei, y han socavado sin escrúpulos la soberanía china en los asuntos de Hong Kong y Taiwán, exigiendo bruscamente a la parte china el cierre de su consulado general en Houston. Han hecho todo lo posible para instigar el odio, provocando la confrontación y pregonando la alianza contra China. Ellos dos se han olvidado de que la humanidad ya entró en el siglo XXI, y promover la nueva “Guerra Fría” va en contra de la tendencia de nuestros tiempos.

Pompeo llama a salvaguardar la democracia y la libertad. Pero en realidad su objetivo es defender la hegemonía de EEUU, servir a los grupos de interés detrás de él y realizar sus ambiciones políticas personales. Esta actuación peligrosa suya no solo tumbaría los logros de cooperación acumulados entre los pueblos de China y EEUU durante largos años, sino que también perjudicaría el futuro desarrollo de EEUU poniendo en peligro la estabilidad y la prosperidad mundial. Trump y Pompeo culpan a otros países por los desastres que sus propios errores políticos han causado a la sociedad y el pueblo estadounidense, lo cual no resolverá los problemas que enfrenta su país. Deben dejar de obstruir y destruir los intercambios y cooperaciones normales entre China y EEUU.

Lo que busca el pueblo chino es una vida acomodada, un Estado próspero y un mundo pacífico, y el objetivo y la tarea del gobierno chino es satisfacer las demandas de todos los ciudadanos. China no exporta el modelo ni el sistema ni la ideología. La política actual de EEUU hacia China se basa en un error de cálculo estratégico mal informado, y está llena de emociones y caprichos y fanatismo macartista. Trump y Pompeo están dando marcha atrás al tren de la historia, lo cual es impopular.

Según una encuesta realizada por la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, más del 93% del pueblo chino aprueba y siente satisfacción con el Gobierno dirigido por el Partido Comunista de China. Hace poco, la conocida empresa de relaciones públicas de EEUU Edelman publicó una encuesta de Barómetro de Confianza, que mostró que la confianza de los chinos en su gobierno alcanza el 95%, liderando a todos los países participantes, mientras que la confianza pública en el gobierno estadounidense solo es de 48%, situándose en el penúltimo lugar.

El Presidente Xi Jinping ha enfatizado repetidamente en que hay “mil razones para activar los lazos entre china y EEUU, y ninguna para romperlos”. Ha pasado casi medio siglo desde la visita del Presidente Nixon a China, y la trayectoria del desarrollo de las relaciones chino-estadounidenses muestra que solo con trato equitativo y respeto mutuo se puede obtener un desarrollo estable y saludable de sus relaciones. China no tiene intención de cambiar a EEUU y EEUU tampoco puede cambiar a China. Estamos dispuestos a desarrollar las relaciones con EEUU basadas en coordinación, cooperación y estabilidad, pero no aceptaremos ningún tipo de bullying o injusticia. Pompeo quiere intimidar a China mediante presiones, lo que es como soñar con los ojos abiertos.

Richard Haass, Presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, reconocido think tank estadounidense, publicó un artículo en el Washington Post en que criticó fuertemente el discurso de Pompeo, acusándolo de ignorancia total de China, de Nixon y de la política exterior estadounidense. Obviamente, el verdadero enemigo de EEUU no es China, sino él mismo, sobre todo las personas que han perdido la razón como Pompeo. Estoy convencido de que todos los países del mundo van a decir No a la “Nueva Guerra Fría”.