SANTIAGO, 9 sep (El Mercurio) — El gobierno chino quiere pasar la página del episodio más agudo de la crisis sanitaria y está concentrando sus esfuerzos en potenciar su economía para enfrentar la pospandemia. El pilar de este impulso es la estrategia de “doble circulación” del Presidente Xi Jinping, que apuesta por la economía nacional para la recuperación.
“Conseguimos un éxito rápido inicial en la guerra contra el coronavirus y somos líderes mundiales en la recuperación económica”, dijo Xi ayer, en un evento para premiar a quienes han estado a cargo de la estrategia nacional contra el virus. La última muestra de que el gobierno cree que lo peor de la pandemia quedó atrás. Según las cifras entregadas por el gobierno, el ritmo de contagios y muertes por coronavirus está estancado y suman 85.144 casos y 4.634 muertes desde que la enfermedad se detectó por primera vez en Wuhan, hace poco más de ocho meses.
El mandatario se ha pasado las últimas semanas inspeccionando granjas, industrias de todo tipo y centros de investigación, y ha advertido que el país necesita ser más autosuficiente. Xi ha llamado a esta iniciativa su estrategia de “doble circulación” -que anunció en mayo- en la que la demanda interna será el principal motor económico, y la inversión extranjera, el secundario.
En esencia, la estrategia de “doble circulación” busca reforzar la economía local para protegerse de los vaivenes del comercio global, pero sin cerrar las puertas a la inversión extranjera. Esto implicaría reforzar el consumo interno y, al mismo tiempo, ayudar a los productores chinos para poder satisfacer esa demanda.
Los analistas plantean que la idea de Xi no es nueva, pero que la pandemia y el deterioro de las relaciones con EEUU han hecho más urgente una reestructuración de la economía china.
Xi dijo que su estrategia marcará el próximo plan quinquenal, que será planteado al plenario del Partido Comunista chino en octubre y debería ser aprobado en 2021.
La estrategia llega en momentos en que el país ha levantado las restricciones impuestas durante la pandemia. La semana pasada, Beijing permitió la llegada de vuelos internacionales de ocho países con bajos niveles de contagio: Tailandia, Camboya, Pakistán, Grecia, Dinamarca, Austria, Suecia y Canadá. La prohibición estaba vigente desde marzo.
También se han vuelto a realizar eventos deportivos, como corridas y sin los protocolos de “nueva normalidad” que deben cumplir en algunos países europeos, como usar mascarillas o mantener el distanciamiento físico. En varias zonas de China, restaurantes, bares, colegios y universidades han reabierto y funcionan a toda su capacidad, como antes de la pandemia.
El relajamiento está apoyado en las medidas de rastreo implementadas por el gobierno central y en las bajas cifras de casos y muertes que reportan las autoridades: el país lleva dos semanas sin contagios internos.