SANTIAGO, 23 sep (El Mercurio) — Lejos de reflejar la cooperación y el multilateralismo, la Asamblea General de la ONU quedó marcada ayer por el enfrentamiento diplomático que los últimos años han remecido el orden global. En el arranque del evento, que se realiza mayormente de manera telemática, Washington y Beijing cruzaron críticas y acusaciones por la pandemia del coronavirus, una muestra de lo que Naciones Unidas ve como el preludio de una nueva “Guerra Fría”.
“Nos estamos moviendo en una dirección muy peligrosa. El mundo no puede permitirse un futuro en el que las dos mayores economías se dividan el globo en una gran fractura; cada uno con sus propias reglas de comercio y financieras y capacidades de internet y de inteligencia artificial”, dijo el secretario general del organismo, Antonio Guterres. “Tenemos que evitar esto a toda costa”, insistió al dar inicio al debate general de alto nivel desde la sede de Nueva York.
Lo que siguió confirmó las tensiones. El Presidente de EEUU, Donald Trump, reiteró los ataques contra China por su manejo del coronavirus, que se detectó por primera vez en la ciudad china de Wuhan, y exigió que se responsabilice al gigante asiático por la pandemia. “Naciones Unidas debe hacer que China rinda cuenta por sus actos”, luego de haber “liberado esta plaga al mundo”, aseguró el mandatario, quien volvió a referirse al coronavirus como el “virus chino”.
Las críticas del líder estadounidense hacia China no se limitaron a la pandemia, sino que también comparó las políticas ambientales, uno de los aspectos cuestionados de que retirara a EEUU del Acuerdo de París contra el cambio climático. “Quienes atacan el excepcional historial medioambiental de EEUU, e ignoran la polución rampante de China, no están interesados en el medioambiente”, aseveró.
Teniendo el discurso grabado del líder chino, Xi Jinping, la respuesta directa a Trump la tuvo que dar el embajador de Beijing ante la ONU, Zhang Jun, quien antes de presentar la alocución de su Presidente dijo que las acusaciones contra su país son “totalmente sin fundamento” y acusó al mandatario de diseminar “un virus político” en la Asamblea General. “En este momento, el mundo necesita más solidaridad y cooperación, no una confrontación”, insistió el diplomático, en línea con el discurso de Xi.
“En la lucha contra el virus debemos fortalecer la solidaridad y superar esto juntos”, dijo el Presidente chino e instó a los países a “seguir las directrices de la ciencia, dar un rol central al liderazgo de la OMS y lanzar una respuesta internacional conjunta” para combatir el coronavirus.
Xi aseguró que su país no tiene intención de entrar en una “guerra fría ni caliente” y criticó que se “politice” la lucha contra el coronavirus, en un mensaje aparentemente dirigido a Trump, cuyo manejo de la pandemia en EEUU -más de siete millones de casos y sobre 200 mil muertos en el país- ha sido cuestionado y le ha restado apoyos a su apuesta por la reelección en las elecciones de noviembre.
Frente a las críticas de Washington por su creciente influencia global, Xi sostuvo que China nunca buscará la “hegemonía”. “La mentalidad de Guerra Fría, las líneas ideológicas o los juegos donde nadie gana no son solución para los problemas de un país y menos una respuesta a los desafíos conjuntos de la humanidad”, dijo el líder chino, quien añadió que las vacunas contra el SARS-CoV-2 que desarrolla su país serán “un bien global”.