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Uno de los caminos más importantes para generar prosperidad económica proviene de la investigación. Los nuevos conocimientos generan beneficios sociales que pueden superar con creces los beneficios privados. Académicos estiman que el rendimiento social de la investigación y el desarrollo es de al menos 30%. Un resultado de esto es que los mercados privados por sí solos generan muy poca inversión en investigación. Entonces, la solución adecuada a esta externalidad es que los gobiernos la apoyen. Según la Fundación Nacional de Ciencias de EEUU desde 2000 hasta 2017, el gasto chino en I+D creció a una tasa anual promedio de alrededor del 17%. Datos preliminares de 2019 sugieren que China ya ha superado al país norteamericano en el gasto total en I+D.

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