El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no dejará sin efecto los aranceles aplicados por su antecesor, Donald Trump, sobre los productos chinos importados en beneficio de China. Pero tiene tres razones más sólidas para hacerlo: las medidas han perjudicado a los trabajadores y empresas estadounidenses, no lograron reducir el déficit comercial general de Estados Unidos y posiblemente debilitaron aún más el respeto por las reglas económicas globales.
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