SANTIAGO, 23 abr (EMOL) — “Estamos aquí en Beijing, viajamos a China para conversar con la empresa Mobike, que está revolucionando la tecnología de las bicicletas públicas, porque son bicicletas que no necesitan estaciones. Tú las puedes dejar en cualquier parte”.
Las palabras son de un video que publicó en su Twitter el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, hace poco más de tres años.
Corría febrero de 2018, cuando Lavín y el alcalde de La Reina, José Manuel Palacios, viajaron al gigante asiático con una misión: traer al país a Mobike, una firma de bicicletas compartidas que tenía la novedad de no requerir estaciones para su uso.
“Eso nos va a poner a la altura de las capitales más modernas”, anticipaba con entusiasmo el actual precandidato presidencial. Ese fue el inicio de una breve historia de Mobike en el país, cuyo fin lo sentenció ayer el 15 Juzgado Civil de Santiago.
“Se declara la liquidación forzosa de Mobike Chile SpA”, resolvió el tribunal, luego de una acción interpuesta por la empresa de factoring Primus Capital, reclamando deudas impagas por parte de la demandada por casi $51 millones.
Mobike reconoció las deudas apuntadas por Primus, pero, dado sus antecedentes, no logró confeccionar una propuesta de reorganización para hacer frente a sus obligaciones, por lo que se allanó a la liquidación.
Ahora, María Loreto Reid, la liquidadora titular del proceso, incautará los bienes, libros y documentos de la firma, marcando el fin de sus operaciones en el país.
No pasó más de un mes desde el viaje de Lavín y Palacios a territorio chino, cuando Mobike concretó su aterrizaje en Chile, siendo el primer país sudamericano en importar un sistema que daba la libertad de dejar el medio de transporte arrendado -en este caso bicicletas-, literalmente, donde sea, solo necesitando el uso de una aplicación.
Partió con una marcha blanca, permitiendo el uso gratis de cerca de 3 mil de esas bicicletas.
La iniciativa fue celebrada por vecinos de Las Condes y La Reina, pero también hubo voces que aseguraban que el país no estaba preparado para recibir este tipo de servicios. Y a las pocas horas, algunos hechos daban razón a los más pesimistas: fotografías de bicicletas Mobike en terrazas de departamentos, otras lanzadas al río Mapocho, incluso algunas arriba de árboles y al interior de piletas, fueron parte de las postales que marcaron el debut de la novedosa iniciativa en Chile.
Lo anterior gatilló las primeras querellas en contra de los responsables, interpuestas por el mismo Lavín. Sin embargo, la firma puso paños fríos, destacando “el candado inteligente con GPS” de las bicicletas, lo que hacía difícil robarlas y descartaron estudiar el reforzamiento de medidas de seguridad para evitar estos problemas.
“La recepción de la comunidad en sus primeros días ha sido un éxito”, recalcó Mobike el 14 de marzo de 2018. Más de 26 mil usuarios registrados y más de seis mil viajes en sus primeros días de operación, eran los números con los que aseguraban estar conformes, e incluso anunciaban planes para expandirse.
Pasaron las semanas, y la marcha blanca se acabó; empezaron los cobros y el anuncio de sanciones que llegaban hasta el bloqueo permanente para quienes hicieran mal uso del servicio. Con todo, la destrucción y bono de las bicicletas no cesó. Un ejemplo es un operativo llevado a cabo por la Policía de Investigaciones (PDI) en mayo de 2018, donde detuvo a 16 personas y recuperó más de 60 bicicletas Mobike robadas, las que fueron encontradas pintadas y sin su sistema de GPS, evitando con ello su rastreo.
Mientras tanto, las manifestaciones en el centro de Santiago se asomaban como otro frente de peligro para Mobike, lo que se acentúo el 14 de noviembre de 2018, tras la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca.
Decenas de bicicletas Mobike fueron quemadas y destruidas en medio de movilizaciones en Plaza Italia y Parque Bustamante. “Es triste y una lástima ese tipo de reacciones y comportamiento”, expuso en ese entonces Rafael Mohrez, gerente de operaciones y representante de Mobike Chile.
Por cierto, el golpe financiero fue importante, y la empresa catalogó a las cercanías de Plaza Italia como “zona de no estacionamiento”, castigando con un cobro extra a los usuarios que dejaran las bicicletas allí. Pero pese a los problemas, el negocio funcionaba.
Mobike, tras un año de operaciones en el país, llegó a tener cerca de 7 mil bicicletas en circulación y alrededor de 330 mil usuarios. Pero, el estallido social y el arribo de la pandemia fue un duro golpe para sus operaciones e ingresos, haciendo difícil el cumplimiento de sus obligaciones financieras.
En ese contexto, llegó la demanda de Primus Capital -uno de los acreedores de Mobike- el pasado 9 de febrero, pidiendo la liquidación forzosa de Mobike y asegurando ya no creer en la palabra de la firma para llegar a un eventual acuerdo.
“Para llegar a esta instancia, hubo varias conversaciones infructíferas”, sostuvo la parte demandante. Actualmente Mobike Chile tiene como representante en el país a Felipe Henríquez, un ingeniero civil industrial de la Universidad Diego Portales, quien ha dirigido varios emprendimientos.