Dado que se ha estado considerando si Evergrande es lo suficientemente importante como para justificar un rescate del gobierno chino, el sentimiento entre los analistas es en gran medida pesimista. En el último tiempo, el gobierno ha centrado precisamente su atención en reducir los riesgos del sector inmobiliario, mientras que otros desarrolladores han hecho un buen trabajo al reducir la carga de sus deudas. Dicha circunstancia debiera aminorar los efectos de un posible colapso de Evergrande. No obstante, un colapso en toda regla podría generar ondas en la economía china. Actualmente, más de las tres cuartas partes de la riqueza de los hogares está ligada a bienes raíces. Un colapso podría perjudicar el valor de las propiedades, golpeando la riqueza del consumidor. A su vez, podría provocar una desaceleración del consumo y la inversión, además de otras consecuencias.
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