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MADRID, 20 oct (El Economista) — El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó ayer las previsiones de crecimiento económico de Asia para este año y advirtió de que una nueva oleada de infecciones por el virus Covid-19, las interrupciones en la cadena de suministro y las presiones inflacionistas suponen riesgos a la baja.

En lo que se refiere a China, la institución estima que la segunda mayor economía del mundo crecerá un 8% este año y un 5,6% en 2022, pero alertó que la recuperación sigue siendo “desequilibrada”, ya que los repetidos brotes de coronavirus y la restricción fiscal pesan sobre el consumo. También pesan los tambaleos que sufre su sector inmobiliario tras la debacle de Evergrande Group.

“Si bien nuestras proyecciones de referencia reflejan los efectos del endurecimiento financiero sobre la inversión inmobiliaria en 2021, existen riesgos, dado el gran papel que desempeña el sector inmobiliario en la economía y el sistema financiero de China, y estamos siguiendo de cerca los desarrollos”, avisó Changyong Rhee, director del Departamento de Asia y el Pacífico del FMI.

Paralelamente, su equipo también dejó claro que cualquier “normalización inoportuna de las políticas o comunicaciones políticas erróneas” por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos también podría desencadenar una importante salida de capitales y un aumento de los costes de los préstamos para las economías emergentes asiáticas, avisaron los expertos del FMI.

Mejoras en 2022

En su informe sobre las perspectivas regionales, el Fondo Monetario recortó la previsión de crecimiento económico de Asia para este año hasta el 6,5%, lo que supone un descenso de 1,1 puntos porcentuales con respecto a la proyección realizada en abril, ya que el repunte de los casos de la variante Delta afectó al consumo y a la producción de las fábricas.

El FMI elevó su previsión de crecimiento de Asia para 2022 al 5,7% desde la estimación del 5,3% realizada en abril, reflejando los avances en la vacunación.

“Aunque Asia y el Pacífico sigue siendo la región de más rápido crecimiento en el mundo, la divergencia entre las economías avanzadas de Asia y las economías de mercados emergentes y en desarrollo se está profundizando”, recalcó el informe. Al respecto se insistió en que los riesgos “se inclinan a la baja”, principalmente por la incertidumbre sobre la pandemia, las interrupciones de la cadena de suministro y los posibles efectos secundarios de la normalización de la política de EEUU.