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PARIS, 24 ene (France 24) — China, país que está frente al foco de la atención mundial por la realización de los Juegos Olímpicos de Invierno, ha mantenido un estricto método de control y aislamiento tras los casos detectados que le ha permitido exhibir un bajo número de contagio. No obstante, para los especialistas dicha política podría dificultar que la nación pueda terminar pronto con la pandemia.

Esta política, además de mostrar bajos niveles de contagio, ha permitido mantener en funcionamiento su economía (la segunda más grande del mundo), evitar el colapso de los hospitales por el número de casos, disminuir los índices de mortalidad por la enfermedad y también generar confianza entre los más de 3.000 atletas y periodistas internacionales que podrían darse cita para los Juegos.

Pero, este panorama podría ser contraproducente cuando, para algunos expertos, el Covid-19 no va a desaparecer del mundo y la enfermedad podría convertirse como la gripe, en una amenaza persistente pero manejable si suficientes personas obtienen la inmunidad a través de las infecciones y vacunas.

La política utilizada por el Gobierno chino podría significar que la mayoría de las personas en el país nunca han estado expuestas al virus. A esto, podría añadirse el cuestionamiento hacia las vacunas elaboradas en la nación, las cuales ofrecen una protección significativamente menor contra la variante Ómicron, incluso después de tres dosis, que el refuerzo de los principales fármacos occidentales.

China: ¿está lista para aliviar restricciones en los actuales momentos?

El país asiático no está en el ojo de los reflectores únicamente por el desarrollo de los Juegos Olímpicos. El año nuevo lunar chino está por comenzar sus celebraciones el 1 de febrero, pero su período de viajes y vacaciones ya comenzó, esperando que el mismo sea el más activo de los últimos años según lo indicado por el medio británico ‘The Guardian’.

Por el momento, el éxito de control de la pandemia en China se ha trazado, en parte, a una aplicación desarrollada por las autoridades que supervisa el estado de contagio de los ciudadanos para el ingreso a supermercados, oficinas o incluso a la capital.

Pero la variante Ómicron, calificada como altamente contagiosa por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y difícil de detectar, ya está presente en el país y ha generado preocupación por la efectividad real del manejo de la pandemia.

“Es arriesgado para China reabrir en este momento porque Ómicron se está extendiendo a nivel mundial, e incluso si la variante no causa una enfermedad importante, se propagará como un reguero de pólvora”, dijo la doctora Vineeta Bal, inmunóloga del Instituto Indio de Educación e Investigación Científica.

Por otro lado, expertos señalan que en China, cuya población podría rondar los 1.400 millones de personas, una flexibilización de restricciones podría derivar en un aumento de contagios similar al experimentado por Australia o Singapur a pesar de sus altos niveles de vacunación.

“Es probable que la susceptibilidad de China a los brotes sea mayor porque la mayoría de las personas no han estado expuestas al virus debido a las estrictas medidas que se implementaron, por lo que carecen de inmunidad híbrida, que se supone que brinda una mejor protección que la vacunación sola”, agregó Bal.

Desde el punto de vista político, el manejo de la enfermedad llevado a cabo por el Gobierno le ha traído buenos resultados al punto de ser calificado como un “gran éxito estratégico” y con “importantes ventajas” sobre las democracias occidentales.

Ello permitió que la nación fuese la única, dentro de las calificadas como economías importantes, que creció durante el año 2020 y pudo mostrar bajas cifras de infección y muertes.

“Es un gran desafío para los líderes, especialmente su retórica sobre salvar vidas. ¿Cómo se justifica la apertura y luego que decenas de miles de personas mueran en el proceso?”, dijo Dali Yang, profesor que estudia política china en la Universidad de Chicago.

Pero, un hecho podría revocar cualquier intención de relajar restricciones en el país. Para el próximo otoño, el Partido Comunista alista una reunión en la que se espera que el actual presidente, Xi Jinping, sea designado para un tercer mandato.

“Si los números de COVID comienzan a dispararse a niveles altos, esto se reflejará negativamente en su liderazgo”, dijo Willy Lam, experto en liderazgo político chino en la Universidad China de Hong Kong.

China y su plan para mantener a raya el Covid-19 durante los Juegos Olímpicos

De acuerdo con la agencia de noticias AP, el brote de Ómicron pondrá realmente a prueba la estrategia gubernamental para mantener bajo control la enfermedad durante la celebración de la justa olímpica de invierno.

Previo a la inauguración de las competencias, previstas para iniciar el 4 de febrero, la nación ha registrado brotes en la provincia sureña de Guangdong pero también en Beijing, la sede olímpica.

Entre las medidas anunciadas por los organizadores está que no se venderán boletos localmente y el ingreso a las competencias será para un público selecto.

“Actualmente, estamos operando sin problemas y todo está bajo control. Hasta el momento, no tenemos planes de cerrar Beijing y sellar la ciudad”, dijo Huang Chen, oficial de salud del Comité Organizador de los Juegos de Beijing.