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BEIJING, 27 jul (Prensa Latina) — Los presidentes de China, Xi Jinping, e Indonesia, Joko Widodo, sostuvieron un encuentro este martes en la capital de la primera nación, Beijing, en el que acordaron trabajar conjuntamente para mantener la paz y fortalecer el multilateralismo.

De acuerdo con un comunicado emitido por la Cancillería china, ambos jefes de Estado examinaron asuntos regionales y mundiales con la intención de identificar posiciones comunes para “hacer frente a los desafíos globales, fortalecer la coordinación y la unidad entre países en desarrollo”.

Widodo invitó formalmente a Xi a asistir a la Cumbre del G20, que tendrá lugar en noviembre próximo en la ciudad de Bali, aunque el mandatario chino aún no ha confirmado su asistencia.

Durante la reunión, Xi expresó que “el desarrollo de una buena relación chino-indonesia no solo redunda en el interés común a largo plazo de ambos países, sino que también tiene un impacto positivo y de gran alcance a nivel regional y mundial”.

Manifestó su disposición a “elaborar un gran proyecto de relaciones entre China e Indonesia”, con el cual buscaría “beneficiar mejor a los pueblos de ambos países, promover conjuntamente la gobernanza mundial y hacer mayores contribuciones a la paz y la estabilidad regionales y mundiales”.

Widodo agradeció la cálida acogida que le dispensaron las autoridades del país anfitrión y subrayó que “Indonesia y China son hermanos con un destino común, y China es también un socio estratégico integral de Indonesia”.

Según el comunicado, las partes reanudarán los intercambios entre personas, los cuales incluirían a estudiantes indonesios que cursaban becas en China cuando emergió la pandemia de Covid-19.

Además, estrecharán “la cooperación en investigación y desarrollo conjuntos y producción de vacunas y genes para ayudar a Indonesia a construir un centro regional de vacunas”.

Las pláticas entre Xi y Widodo forman parte de la agenda de este en su visita de dos días a China, que inició este lunes. Durante el periplo también se reunió con el primer ministro chino, Li Keqiang.