BEIJING, 27 jul (Bloomberg) — El Aeropuerto Internacional de Beijing, el más grande del mundo, reabrió el lunes sus fronteras a los vuelos internacionales directos, el primer paso de la capital china para adentrarse al mundo del turismo pospandemia, tras más de dos años de aislamiento.
Así, el Gobierno chino —que mantiene las restricciones más duras para evitar una recaída económica y sanitaria por el Covid-19— reactiva los 700.000 metros cuadrados del aeropuerto de Beijing que cerró a principios de 2020 para las llegadas internacionales; una medida que incrementó las dificultades para acceder a la ciudad por vía aérea. De hecho, hasta el momento, los viajeros que quisieran ir hacia Beijing, estaban obligados a hacer escala en algunas de las ciudades de China aprobadas por el Gobierno, donde debían cumplir los períodos de largas cuarentenas (de hasta 21 días) para luego subirse a un vuelo doméstico y llegar finalmente a la capital.
Air China, la japonesa ANA y la emiratí Eithad Airways han sido las primeras aerolíneas en reactivar las rutas internacionales hacia Beijing. En concreto, la aerolínea estatal china ha abierto un vuelo semanal desde París, mientras que la nipona reanudará en agosto sus vuelos semanales desde el Aeropuerto Internacional de Narita —el principal aeropuerto que sirve a Tokio y el más grande de Japón—. Por su parte, Eithad Airways reactivó los vuelos directos a la capital a finales de junio, luego de que China redujera a siete días el tiempo que los viajeros extranjeros deben pasar en cuarentena.
La autoridad aérea china aseguró a principios de julio su intención de reanudar gradualmente los vuelos comerciales internacionales y abrir negociaciones con varios países para aumentar las frecuencias de vuelo hacia otros territorios. En este sentido, Air China prevé reanudar sus vuelos hacia Europa y Asia en las próximas semanas, mientras que China Eastern Airlines buscará operar más de 130 vuelos por semana.
Incluso con la flexibilización de las normas de cuarentena, China sigue aislada en un mundo que se ha acostumbrado a convivir con el virus. Los viajeros autorizados a entrar al país deben permanecer en cuarentena durante siete días en un alojamiento aprobado por el Gobierno y tres días adicionales en su propia residencia o alojamiento. Durante y después de este período, pueden estar sujetos a pruebas de seguimiento.
En las últimas semanas, los estudiantes internacionales de varios países, entre ellos India y Pakistán, han sido autorizados a regresar a China por primera vez desde la pandemia. Sin embargo, la mayoría de los analistas estiman que la recuperación del turismo está aún lejos.
El tránsito aéreo ha caído drásticamente tras la irrupción del coronavirus y su reactivación ha sido mucho más restringida con respecto a los países occidentales. Este martes, solo se registraron 94 vuelos desde y hacia China (según datos de VariFlight), un 96% menos en comparación a los 2.883 vuelos registrados en el mismo día de 2019.