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BEIJING, 28 dic (EFE) — El Ministerio de Transporte chino recomendó hoy a quienes viajen durante las vacaciones por el Año Nuevo Lunar, la mayor migración anual del mundo y que en 2023 caerán entre el 21 y el 27 de enero, que lo hagan “de forma escalonada” para evitar contagios masivos por covid.

Según una guía del Ministerio, no se requerirán pruebas PCR ni códigos de salud para viajar, y se emplaza a las autoridades pertinentes a que desmantelen cualquier punto de control instalado previamente para restringir el paso de vehículos en las carreteras.

“Para garantizar reuniones familiares seguras y tranquilas, las ciudades deben intentar que los viajes sean escalonados y los departamentos de transporte aumentarán la frecuencia para satisfacer la demanda”, asegura la guía, recogida por la prensa local.

Según el Ministerio, si aparece un brote de covid a gran escala, “se deben implementar planes de emergencia” para evitar la suspensión de los medios de transporte.

Este año, el número de pasajeros aumentará sustancialmente, según el Ministerio, que llama a “garantizar el transporte normal de energía, alimentos y bienes de primera necesidad, así como el transporte de vacunas, antígenos y otros recursos médicos”.

La relajación de las restricciones ha traído consigo este mes una oleada de contagios que algunas provincias cifran en millones diarios ante la falta de datos a nivel nacional después de que la Comisión dejase este pasado fin de semana de facilitar el parte diario de infecciones.

Hospitales de grandes ciudades como Beijing han sufrido dificultades para atender a todos los pacientes, según testimonios recogidos en las redes sociales del país.

La semana pasada, la Organización Mundial de la Salud se mostró “muy preocupada” por la evolución de la covid en China y reclamó “más información”, ante lo que el Ministerio de Asuntos Exteriores respondió que Beijing ha compartido sus datos “de forma abierta, puntual y transparente” desde el inicio de la pandemia..

El Gobierno chino aseguró a principios de este mes que se daban las “condiciones” para que el país ajustara sus medidas ante una “nueva situación” en la que el virus provoca menos muertes.

La prensa oficial comenzó igualmente hace unas semanas a minimizar el riesgo de la variante ómicron a través de numerosos artículos y entrevistas a expertos, un giro de argumento que acompañó a la relajación de algunas de las restricciones más severas.

Los cambios llegaron después de que el hartazgo ante las restricciones cristalizase en protestas en diversas partes del país tras la muerte de diez personas en un edificio aparentemente confinado en Urumqi (noroeste), con consignas como “no quiero PCR, quiero comer” o “devolvedme mi libertad”.