China reabrió sus fronteras el pasado de 8 enero, poniendo fin a confinamientos masivos, pruebas de PCR diarias y restricciones de viajes. Se trata de un ajuste de la política cero-covid, que las autoridades mantuvieron por casi tres años, y que busca ubicar al país asiático en la senda del crecimiento económico nuevamente. Pese al aumento natural de casos de coronavirus, en las últimas semanas se han difundido diferentes informaciones relacionadas con el turismo en China, lo que demuestra una vez más que el país cuenta con una amplia batería de instrumentos para continuar siendo un polo de atracción y de oportunidades de negocios.
Según un informe de la Academia China de Turismo, los viajeros tocaron fondo el año pasado, con solo 20 millones de llegadas. Muy por debajo de los 145 millones que registró el país en 2019, el último año anterior a la pandemia. No obstante, el retiro paulatino de restricciones y cuarentenas, así como el aumento de un mayor número de vuelos internacionales, anticipan que el volumen de visitantes que ingresará a China desde otros países experimentará en 2023 una “recuperación notable”.
Un pronóstico legítimo si se tiene en consideración que desde el 2021, China ha venido sumando varias localidades a sus ya tradicionales centros turísticos, léase Shanghai, Beijing o la Región Administrativa Especial de Hong Kong. En su reciente publicación de los Mejores Pueblos para el Turismo, la Organización Mundial de Turismo (OMT), destacó a Dazhai, en la Región Autónoma zhuang de Guangxi, y a Jingzhu, en la municipalidad sudoccidental de Chongqing, como destinos rurales que hacen del turismo un motor de desarrollo y nuevas oportunidades, a la vez que preservan y promueven los valores y productos de la comunidad.
Yucun y Xidi, localidades de las provincias de Zhejiang y Anhui en el este de China, respectivamente, también fueron reconocidas con anterioridad por la OMT. Esta iniciativa reconoce cada año a los pueblos por su compromiso con la innovación y la sostenibilidad en todas sus vertientes: económica, social y ambiental; y por un desarrollo turístico en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, planteados en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En la misma línea, la revista Oriental Outlook y el laboratorio de ideas Instituto Liaowang, después de un proceso de dos meses de duración que incluyó recopilación de datos, cuestionarios y mesas redondas; seleccionó las ciudades más felices de China en 2022. Estas son: Chengdu, Hangzhou, Ningbo, Xining, Guangzhou, Changsha, Shenyang, Hefei, Qingdao y Nanjing.
Las ciudades se escogen tomando en cuenta sus esfuerzos por el bienestar de la población y la búsqueda de un desarrollo ecológico y de calidad, así como de una buena gobernanza. El sentimiento de felicidad de sus habitantes también está relacionado con la educación, el empleo, los ingresos, el bienestar social, la atención sanitaria y las condiciones de vida locales.
En cada encuentro, cumbre o foro internacional, China ha reafirmado su compromiso con la apertura exterior, en multiplicidad de áreas y campos. El turismo no ha sido la excepción. Superadas las restricciones originadas por la pandemia, China sin duda recibirá nuevamente una oleada de visitantes ávidos de conocer tanto sus ciudades de primer nivel, como sus pueblos y villas. La lista es amplia.