BEIJING, 27 jun (El Diario del Pueblo) — La economía de China experimentó una recuperación y mejora general en la primera mitad de este año, y se prevé que el PIB se expanda un 6,2% interanual, dijo The Paper el lunes citando un informe publicado por el Foro de Macroeconomía de China.
En 2023, el impacto de COVID-19 se ha desvanecido, mientras que el orden económico ha vuelto a la normalidad. Según el informe, la tarea clave de este año es lograr la recuperación de la macroeconomía y restaurar la base microcósmica, en un intento por volver a la senda del crecimiento expansivo.
Durante la primera mitad de este año, la macroeconomía de China se recuperó rápidamente, debido a la fuerte demanda reprimida, el apoyo de políticas y una base de comparación baja, dijo Liu Xiaoguang, profesor asociado de la Academia Nacional de Desarrollo y Estrategia de la Universidad Renmin de China, y miembro principal del Foro de Macroeconomía de China.
Las múltiples presiones de la reducción de la demanda, los shocks de la oferta y el debilitamiento de las expectativas se han aliviado hasta cierto punto, dijo Liu, y añadió que la retirada del mercado ha tocado fondo y ha protagonizado un repunte.
El informe pronosticó que el crecimiento del PIB real de China será de 6,0% a 6,7% en la primera mitad de este año, con una cifra de referencia de 6,2%. Dado el proceso de recuperación económica y un efecto de base bajo, se espera que el PIB de todo el año de China crezca entre un 5,2% y un 6,1%.
El consumo se convertirá en un motor clave para el crecimiento económico a corto plazo, según el informe. En 2023, se prevé que el consumo y la inversión crezcan un 8% y un 4,5%, respectivamente. Se estima que las exportaciones caerán un 4,9% este año; sin embargo, el país verá un aumento del 1,8% en las exportaciones netas.
Esta ronda de recuperación económica experimentará tres fases: restauración del orden social y el comercio, restauración del balance y expansión regular, según el informe, y agrega que, en la actualidad, la recuperación económica de China se encuentra en un período clave de transición de la fase uno a la fase dos.
El informe sugiere una política fiscal más proactiva y una relajación de la política monetaria. Deben acelerarse los esfuerzos para expandir la demanda interna, especialmente en la promoción del consumo y la estabilización de la inversión, en un intento por lograr una transición sin problemas hacia una recuperación profunda orientada al mercado.
