BRUSELAS, 21 dic (El Economista) — Tras poner en el foco los subsidios que el gigante asiático concede a los vehículos eléctricos, la Comisión Europea ha lanzado ayer una investigación sobre el biodiésel importado de China al mercado comunitario por sospechas de dumping.
De confirmarse que el gigante asiático ha incurrido en prácticas de dumping en el comercio de biodiésel que puedan perjudicar a los productores comunitarios, la Comisión Europea tomará las medidas adecuadas, como imponer aranceles a las importaciones para mitigar las consecuencias de la divergencia de precios.
La investigación anunciada por el Ejecutivo comunitario tiene su raíz en las denuncias efectuadas por los productores de biodiésel en la Unión Europea (UE) que han presentado pruebas de que las importaciones de Beijing presentan precios rebajados artificialmente. Por ello, los productores comunitarios denuncian que esta práctica perjudica a su industria, que no puede competir con precios tan bajos.
Cabe recordar que el mercado del biodiésel en la UE asciende a 31.000 millones de euros anuales. Esta industria emplea a casi 4.000 personas en 18 países del bloque, entre ellos España, Italia, Francia, Alemania o Grecia.
Bruselas ha aumentado en los últimos meses su vigilancia sobre su relación comercial con China. No en vano, ha lanzado una investigación sobre los subsidios de los que el gigante asiático dota a su industria de vehículos eléctricos. El foco vuelve a estar en el precio, tal y como explicaba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su discurso del Estado de la Unión en septiembre: “los mercados globales ahora están inundados de coches eléctricos chinos más baratos. Y su precio se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales”.
Bruselas analiza si estas ayudas son ilegales y perjudican a los competidores comunitarios, por lo que podría imponer aranceles a las importaciones chinas. La preocupación está ahí. A principios de diciembre, la jefa del Ejecutivo comunitario y el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, viajaron a china para reunirse con su presidente, Xi Jinping.
Sobre la mesa había muchas preocupaciones, pero el principal reclamo del bloque era pedir a Beijing que cambie sus políticas para evitar el dumping y la sobreproducción. Este último punto entraña riesgos para aquellos países que mantienen relaciones comerciales con Beijing, impulsados por la caída de la demanda interna y el cierre de su mercado que, por otro lado, entraña dificultades para las empresas que operan en el país.