Los valores respaldados por activos (ABS, por sus siglas en inglés), herramientas financieras ampliamente culpadas como causantes de la crisis financiera global del 2008, han crecido rápidamente en China. Sin embargo, a diferencia del mercado estadounidense, su potencial es distinto, al punto que podría contribuir a reducir la deuda del sector bancario en la sombra, abrir nuevas fuentes de financiamiento para las empresas más pequeñas y diversificar las oportunidades de inversión. El primer mercado de securitización de China partió en abril de 2005, pero fue suspendido en 2009, a causa del rol jugado por los valores respaldados por hipotecas en la crisis subprime de EE.UU. En mayo de 2012, los reguladores chinos levantaron dicha prohibición. Desde esa fecha, la emisión de ABS en China se ha disparado de forma espectacular: en 2014, China superó a Corea del Sur como el mercado de securitización más grande de Asia, mientras que a fines de octubre del 2015, la cifra había llegado a los 42,1 mil millones de dólares. A pesar de ello, el mercado sigue siendo pequeño en comparación con los préstamos bancarios o el mercado de bonos en China. Dos factores principales explican esta situación: la preferencia de los inversores chinos en productos financieros menos complejos y la falta de comprensión de lo que son exactamente los ABS.
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