Si las predicciones más oscuras acerca de que la actual turbulencia de los mercados financieros conducirá a otro 2008, la crisis tendrá que ser muy diferente a la original. Una medida de riesgo utilizada por los inversionistas es la posibilidad de no pago de los cuatro bancos chinos más grandes. No obstante, dichas instituciones están controladas por un gobierno que tiene la firme determinación y los recursos para apoyarlos si es necesario. Es más, aunque el riesgo de impago de los bancos chinos ha aumentado desde sus mínimos históricos en 2013, sigue siendo inferior a los niveles observados en Estados Unidos antes de la crisis financiera. Por otro lado, los grandes bancos estadounidenses no parecen ser vulnerables a los problemas de China en este momento, gracias en parte a las reservas de capital que han construido ante la insistencia de los reguladores desde la crisis de 2008. Hasta la fecha, los bancos de China no han experimentado nada parecido a los cataclismos que se verificaron en Europa y Estados Unidos entre 2007 y 2009. Tampoco tienen problemas significativos de escasez de crédito. Los cuatro mayores bancos comerciales de China mantienen una clasificación A1 (estable), superior a los seis bancos principales de Estados Unidos, clasificados A2 o A3. Los problemas más grandes están en los bancos chinos más pequeños que son de menor importancia sistémica.
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