Durante las últimas dos décadas, la inversión de China en su sector industrial impulsó el ascenso meteórico del PIB. Sin embargo, a la fecha, el país ya está entrando en su sexto año consecutivo de desaceleración. Reconociendo la urgente necesidad de reequilibrar la economía hacia los servicios, Beijing ya ha reducido la inversión en empresas pesadas, junto con el anuncio de despidos futuros. La industria manufacturera de China comprende aproximadamente el 1,5 por ciento de unos 800 millones de personas, una fuerza de trabajo urbana que entre 2013 y 2014 creció en 13,2 millones. En las contracciones económicas previas, tales como las crisis financieras, el empleo industrial en las empresas de propiedad estatal se redujo de 70 millones a 37 millones de trabajadores. En aquellas coyunturas, los nuevos desempleados a menudo regresaban a sus hogares rurales, en donde podían trabajar en los campos para ganarse la vida. No obstante, debido a que la tierra cultivable se está erosionando a raíz de la urbanización, el trabajo agrario ya no es una opción viable. Si bien ahora hay más ofertas de trabajo en el comercio al por menor, son más inestables y mal remuneradas.
Para leer el artículo completo haga click aquí