Durante el trimestre enero-marzo de 2016, numerosas empresas chinas registraron utilidades, pero como resultado de una liquidación de activos. Según recientes investigaciones, las utilidades netas de las empresas de China continental cayeron 1,1 por ciento en 2015; mientras que en las empresas no financieras, la reducción llegó a 15,7 por ciento. Esta disminución de beneficios ha obligado a que las grandes empresas recorten sus inversiones, lo que evidentemente golpea a una serie de servicios relacionados. Uno de los sectores más afectados es el del acero, cuya principal traba radica en el exceso de capacidad. Paralelamente, otros mercados de consumo chinos también enfrentan una alta competencia y saturación, como el de los alimentos. Los puntos fuertes están en las compras por Internet (Alibaba), en el sector automovilístico y últimamente en el rubro inmobiliario. Liu Guoyue, presidente de China Huaneng Group, manifestó que el mercado chino de la energía eléctrica, una de las métricas de referencia del primer ministro Li Keqiang, ha entrado en una etapa de “crecimiento a baja velocidad”. Una desaceleración que debiera traducirse en un crecimiento del PIB chino mucho más lento que la cifra oficial de 6,5-7 por ciento.
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