Visita nuestro archivo

Casi quince mil jóvenes estadounidenses cursan estudios cada año en alguna universidad china. A priori, puede parecer una decisión llamativa. En EEUU están, bajo prácticamente cualquier parámetro, las mejores universidades del mundo; mientras que la primera institución china, la Universidad de Pekín, está mucho más abajo en los rankings. Según datos recientes, la llegada de estudiantes de EEUU a China tocó techo en torno a 2012, cayendo ligeramente desde entonces. La motivación es variable, dependiendo de la ciudad. En Shanghai hay más estudiantes con carreras orientadas a la economía y la empresa, mientras que muchos de los que van a Beijing están más centrados en la lengua y la cultura. Entre las dificultades que tienen los jóvenes estadounidenses para adaptarse, destacan la comida, las clasificaciones por etnia que se realizan en algunas residencias universitarias, o la rigidez de los programas académicos. En tanto, uno de los mayores beneficios es la relación costo / calidad: mayores becas y la posibilidad de asistir a las mejores escuelas. El gobierno chino tiene muy presente que parte de la batalla por la influencia internacional se libra en el ámbito académico, y no escatima recursos para atraer a estudiantes de otros países para que se empapen de la cultura china.

Para leer el artículo completo haga click aquí