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China vive un proceso de ajustes económicos que sus autoridades denominan la “nueva normalidad”. La pregunta es cómo esos ajustes afectarán al comercio de Chile con China. Para el cobre, el escenario se presenta complejo. Sin embargo, los principales economistas chinos pronostican un ascenso en las compras, a causa de la expansión urbana, que llevará a más de 200 millones de nuevos habitantes a las ciudades. Del mismo modo, cabe considerar los programas de innovación, donde localidades como Shenzhen, se han convertido en centros de transformaciones tecnológicas. Es cierto que se ha producido una baja en las exportaciones, pero éstas igual siguen representando el 20 por ciento del PIB de China. Es necesario también poner atención a las conductas de consumo de la clase media, estimada en más de 350 millones de personas. Para éstas el área alimenticia se torna clave y allí Chile tiene un espacio abierto dada su condición de país que produce en contra-estación con el hemisferio norte.

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