Shenzhen es hoy el epicentro de la industria electrónica de China, concentrando a numerosos gigantes del sector, tanto locales como extranjeros. Muchos ejecutivos de estas empresas dicen no estar preocupados por las eventuales medidas proteccionistas que adopte el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Más bien, lo que les preocupa es sobrevivir a la feroz competencia global. En ese sentido, algunos fabricantes ya han comenzado a trasladarse a otras regiones, debido a la continua alza en los costos laborales. Shenzhen, sin embargo, ya ha logrado superar las dificultades económicas en otras oportunidades. Desde 1979, ostenta la calidad de zona económica especial, con un crecimiento anual promedio de 13 por ciento, en los últimos años, muy por encima de la tasa nacional.
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