Las empresas chinas invirtieron el año pasado US$46.500 millones en EEUU, cifra tres veces superior a la de 2015 y diez veces mayor a la de 2005. Más de 80% de la inversión china en EEUU es obra de compañías privadas, no de empresas del Estado, y el principal destino es la manufactura avanzada y los servicios de alta tecnología. Esto es parte de una tendencia global. El stock de IED china en el exterior alcanzó US$1 billón en 2016. A ese ritmo, treparía a US$3 billones en 2025, con un 30% ó 35% destinado a EEUU. China dispone del mayor superávit de cuenta corriente del mundo (US$348.000 millones en 2016, el 2,5% del PIB). Esto es lo que la ha convertido en la principal fuente de capitales del siglo XXI.
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